jueves, 15 de noviembre de 2012

Veredas y basura en Ciudad del Este


    Hablar de la basura y de las veredas en Ciudad del Este, es como tocar siempre una misma tecla: El sonido es el mismo y uno se aburre.    
    Basta con salir a caminar un poco por el centro de la ciudad y sus alrededores,  que enseguida nos topamos con la mugre. A veces la vereda está bloqueada con montañas de escombro que nos obligan a caminar en la calle, otras los restos de la limpieza de jardines bloquean totalmente el paso de los peatones y las bolsas negras desparramadas con desperdicios malolientes pueden arruinarnos el paseo.
¿Qué hacer? ¿A quién denunciar?¿Cómo quedarnos callados ante tanta falta de civismo?




jueves, 18 de octubre de 2012

La tormenta



Cada vez que se aproximan las nubes oscuras es un misterio... no sabemos qué esperar: puede ser lluvia mansa, tormenta,  granizo, viento y  también destrozos.
Últimamente la lluvia mansa es cada vez más rara, y cuando cae sentimos que es una bendición. Ahora los cambios son bruscos y somos avisados por la televisión que estamos en ALERTA, eso quiere decir que podemos esperar granizo y vientos muy fuertes.
El lunes pasado, aquí en Minga Guazú, sopló un viento que rompió una rama grande de mi Villetana. No causó ningún destrozo material pero nos deja la certeza de que la naturaleza es la que domina.
El Alto Paraná prácticamente está sin árboles. Son muy pocas las reservas que subsisten aún, por eso los cambios son así de bruscos. Se han destruido miles de  hectáreas de bosques y se siguen destruyendo aún hoy siendo que hay leyes que deberían protegernos de los depredadores. Ojalá eso cambie. Todavía no tengo nietos, pero me gustaría que ellos puedan ver en el futuro  la belleza de un bosque, el cauce de un arroyito límpido y los animales autóctonos transitando tranquilos por los santuarios verdes. Espero que no sea una utopía. Ojalá que los funcionarios de la SEAM (Secretaría del Medio Ambiente) lo permitan.

viernes, 12 de octubre de 2012

1ra. Feria del Libro en Minga Guazú

Se está llevando a cabo en la Ciudad de Minga Guazú, la 1ra. Feria del Libro. El evento se inició el miércoles 10 de octubre y culminará mañana sábado 13, con una peña artística. Para hoy a las 17:00 horas se tiene programada una Conferencia con el Presidente de la Asociación de Escritores de Asunción, el prof. Lisandro Cardozo. A las 18:00 horas el prof. Lino Trinidad, Director General de planificación lingüística de la ciudad de Asunción, dictará una Conferencia sobre "La Ley de Lenguas".
El Tereré presente en la Feria del Libro de Minga Guazú.
A las 19:00 la Lic. Felisa Rodríguez de Medina disertará sobre La Literatura entre los jóvenes Altoparanaenses en la actualidad.
Foto: Carlos Rojas

Foto: Carlos Rojas

Foto: Carlos Rojas
Mañana sábado 13 a las 18:00 los escritores Javier Viveros y Eulo García presentarán el libro "Punta Karajá" A las 19:00 horas el escritor minguero Damián Cabrera presentará su libro "Xirú".

miércoles, 29 de agosto de 2012

La pobreza no tiene por qué ser sucia


 


Seguramente será difícil determinar si los paraguayos arrastramos en nuestra historia cultural el grave defecto de ser insensibles ante la suciedad y el desorden o si estos males son consecuencia de la industrialización y del consumismo que producen cada vez mayores cantidades de materiales de desecho, combinados con el crecimiento demográfico, que cada cierto tiempo multiplica el tamaño de las extensiones urbanas que deben ser atendidas por servicios de aseo y limpieza.
Pero, aunque estos factores estén presentes y posean gran incidencia en el fenómeno de la acumulación de basura, lo que también es cierto y evidente a cualquier observador es que actualmente la población paraguaya, en su gran mayoría, no se siente incómoda con el desorden, con la mugre y la fetidez.
Prueba fehaciente de esto es que una mayoría convive con estos males diariamente, en su casa, en su barrio, en su plaza, en las calles y caminos por donde transita, en las oficinas donde trabaja y en los lugares de esparcimiento a donde concurre.
Los hechos muestran que los barrios habitados por gente considerada de escasos recursos son los más sucios y abandonados. Pero en los barrios residenciales que están servidos regularmente por el servicio municipal de recolección de basura también se ven minivertederos en veredas, esquinas y baldíos, y hasta desechos cloacales que corren por las calles. Esta indiferencia hacia la inmundicia ya no constituye un mero problema de ineficiencia de servicios públicos, sino que, a nuestro criterio, se trata de un fenómeno de profunda raigambre cultural.
Donde hay basureros, suelen vérselos medio vacíos mientras los desechos se acumulan a su alrededor.
Donde no los hay, la basura, embolsada o no, es arrojada en la calle o a la vera de los caminos. En los alrededores de las ciudades, se utilizan las banquinas como vertederos clandestinos, a la vista y paciencia del vecindario y de las autoridades municipales y del MOPC. Incluso se sabe de propietarios de camionetas, triciclos motorizados y carritos estirados por caballos que se dedican a recoger desechos domiciliarios a cambio de una paga, que luego arrojan a los cursos de agua, baldíos o banquinas.
Estas prácticas, además de ilegales, potencian enormemente la polución ambiental, esparciendo los factores de contaminación por suelos y aguas. Y hasta por el aire, porque cuando la acumulación de desechos es muy notoria, alguien se ocupa de prenderle fuego, que es cuando toda clase de gases nocivos pasan a integrar el aire que la población respira, causando afecciones respiratorias, alergias y otras enfermedades que luego deben ser atendidas con costo para los recursos públicos y privados de salud.
La población en general –salvando las honrosas excepciones que siempre hay– no siente ninguna aprensión frente a la mugre. De ordinario, cada hogar paraguayo forma su propio vertedero en el fondo de su patio, donde se amontonan envases de cartón, de material sintético, de vidrio o metal, junto con adminículos personales usados, restos de comida, poda de plantas, piezas desechadas de madera, cerámica o metal, cubiertas de vehículos y cuanto tipo de mugre puede uno imaginarse.
Las veredas y calles de las ciudades más populosas, en particular las que están en las áreas comerciales céntricas y alrededor de los mercados y ferias, exhiben este terrible mal cultural con una brutalidad imposible de describir. Cualquiera puede comprobarlo, si es que todavía no lo hizo, solamente recorriendo la zona del Mercado 4 asunceno, o de los centros comerciales y mercados de San Lorenzo, Luque y Ciudad del Este, por poner solamente cuatro grandes y elocuentes ejemplos al alcance de la vista.
¿Es que el habitante de esos lugares no siente repugnancia natural por la inmundicia que le rodea y de la que él mismo es su principal causante? ¿Es que el paraguayo medio, el que concurrió a la escuela y hasta el que tiene una posición económica estable, no siente ninguna repugnancia por el desorden y la mugre? No atina a arrojar sus desechos en basureros, ni siquiera cuando están a dos metros de distancia. En la campaña no se le ocurre o no se le da la gana de hacer un pozo en el fondo de su patio para disponer la basura de su rancho. No barre ni rastrilla. Usa el baldío aledaño como vertedero, como si los efectos contaminantes de la acumulación no le vayan a alcanzar igualmente. Esta clase de persona está convencida de que si oculta la basura detrás de la muralla, esta deja de existir.
Cabe preguntarse a estas alturas: ¿En las escuelas se continúa enseñando alguna asignatura de esas que antiguamente solían denominarse “Aseo e Higiene”? Porque es por allí por donde deberá comenzar todo intento de revertir este pésimo rasgo cultural de nuestra población. Es en las escuelas donde debería comenzar una campaña nacional contra este grave mal. Los reiterados fracasos de las campañas contra la propagación del dengue constituyen una elocuente muestra de que las técnicas comunicacionales y publicitarias ensayadas hasta ahora no dan resultados. Hay que intentar otras vías, pero siempre comenzando en las escuelas.
Y hay que dejar de culpar a las municipalidades por todo el desorden y las porquerías arrojadas o acumuladas en todas partes. Ni cien intendentes eficientes y laboriosos podrían resolver el problema de una localidad habitada por vecinos incultos, desordenados e insensibles ante la inmundicia.
Asimismo, muchos intendentes, por su parte, no saben cómo resolver el problema de los desechos ni tampoco buscan asesoramiento. En otros países se desarrollaron muchísimos conocimientos y se acumuló gran experiencia en este tema, y generalmente esos Estados están bien dispuestos a compartirlos, incluso a cooperar con recursos y tecnología.
La Seam debería ser la institución que asuma esta tarea de urgencia nacional como prioritaria en su gestión. Puede conseguir financiación y tecnología para vertederos, reciclamiento y, sobre todo, para educación popular masiva. Luego se podría montar un sistema de asistencia a municipalidades y un régimen de vigilancia y punición contra infractores. No se trata de algo del otro mundo; es cuestión de buena voluntad, determinación y sentido de patriotismo.
Seremos un país pobre, con mayoría de gente pobre, pero la pobreza no tiene por qué ser sinónimo de suciedad.

Editorial del Diario abc Color del 25 de agosto de 2012

viernes, 24 de agosto de 2012

Un día gris

La lluvia y el frío. Los mangos y el barro. La tierra colorada grabada en la pared. Un día gris de invierno. Es Capitán Miranda, Itapúa, una mañana de julio...

viernes, 27 de julio de 2012

Robo de transformadores

Cuando habilité mi Blog, el propósito original era mostrar imágenes de Paraguay y de su gente; por supuesto siempre pensando en lo bello y en las cosas buenas. Sin embargo, me resulta difícil dejar de lado lo feo, lo que no me gusta, más aún cuando esa fealdad me perjudica. Ahora en Minga Guazú está de moda el robo de transformadores y entre los afectados,nosotros, mi familia. Quiero a través de este medio criticar a las autoridades policiales que hacen "la vista gorda" a este tipo de crímenes, ya que nunca se resuelven los casos y hasta ahora nadie fue preso. Las estadísticas de denuncias de este tipo de fechoría va en aumento; los transformadores son bajados de los postes, rotos, y de ellos se les roba el cobre que tienen adentro. Un esquema perjudicial que afecta a las personas que dependen de la electricidad para todo. El que tiene un tambo,por ejemplo, no puede quedarse sin electricidad ni dos horas, porque el producto (la leche) se descompone fácilmente cuando se rompe la cadena de frío. Ojalá que este tipo de crimen pueda acabar y que la policía vuelva a tener la credibilidad que tanto necesitamos.

lunes, 23 de julio de 2012

La costanera de Encarnación

Bajo la lluvia, la costanera estaba solitaria y fría. El Río Paraná caudaloso ofrecía un espectáculo de deleite: Inmensidad, temor,caudal, son palabras que me invadieron la mente al ver al gigante verdoso transitando indomable.

jueves, 29 de marzo de 2012

Tapa de la revista El Tereré Nº 18 Diciembre de 2011



El Tereré revista/espacio de expresión cultural "De mano en mano de boca en boca"
Minga Guazú, Diciembre de 2011.
Foto de Tapa: Cindy Elizeche.
Modelo de tapa: Ariel Cabrera.

viernes, 23 de marzo de 2012

Tapa de El Tereré Nº 16



La revista El Tereré pudo editarse nuevamente gracias al apoyo financiero del FONDEC que nos costeó los gastos para 5 impresiones. En total 5.000 revistas de distribución gratuita fueron repartidas entre los meses de octubre de 2011 a febrero de 2012.

jueves, 22 de marzo de 2012

ESCUELA ACHÉ

POR OLGA BERTINAT

Fotografía: Javier Portillo
Los llaman Guayakí, aunque para ellos es una manera despectiva de nombrarlos, porque significa “ratón de monte”. “Nosotros somos Aché”, dicen ellos.
Mataban a los padres para vender a los hijos, cerca de San Juan Nepomuceno, y hacían de esto un mercado de gente. Los niños pasaban a ser criados, trabajando en casas de familias pudientes de Villarrica y de otras ciudades; niños considerados inferiores y sin ningún derecho, con el derecho deportado.
Los Aché de Puerto Barra, Narnajal, hicieron el primer contacto amistoso con la familia Fostervold en 1971, ya que a partir del año 1970 su hábitat se fue reduciendo por la colonización de las tierras que ellos habitaban, en consecuencia el bosque, base de su subsistencia, fue prácticamente destruido ya no tenían donde cazar o recolectar ; alertado por esta situación el misionero Rolf Fostervold intentó el acercamiento con ese grupo humano; hasta que el 20 de octubre del año 1976, luego de siete contactos y de varios años de expectativa, un grupo de veinte personas salió del bosque.
La comunidad cuenta con una escuela que se llama Yamó Chachugi. Yamó en aché significa “abuelo”, y todos los nombres tienen el sufijo “gi”, que significa “persona”, unido al de un animal, que era el que le apetecía más a la madre durante el embarazo. (Piragi, Chachugi, Kuategi).
Esta persona trabajó para que los niños de la comunidad tuvieran educación formal.
En esta lucha Aché, para la adaptación a su nueva realidad, varias personas aportaron y actuaron como un nexo entre el mundo Aché y la realidad paraguaya distinta a la de ellos.
En la oficina de la escuela, que es sede de la coordinación, hay un pizarrón lleno de fotografías pegadas, de distintas épocas, y con muchos niños sonrientes.
Estuvimos en la sala del pre-escolar, donde los más chiquitos estaban sentados en sus sillitas y nos cantaron una canción en Aché.
Cuando entrevistamos a los alumnos de los cursos superiores, nos dispusimos en una mesa grande, que estaba en el patio, y comenzamos con las preguntas pertinentes.
En cuanto a las clases, son impartidas en lengua Aché, así como en castellano, de acuerdo a los contenidos programáticos del Ministerio de Educación. Ellos no hablan en guaraní, y esta lengua no se enseña en la escuela. La gente cree que ellos hablan guaraní, pero no es así. Algunos conocen y hablan un poco, principalmente si provienen de otras comunidades, pero los de aquí no.
La mayor dificultad para el aprendizaje de los alumnos es el idioma, ya que es una barrera que se está rompiendo, gracias a la predisposición de los profesores que están aprendiendo la lengua aché y ellos el castellano.
Los jóvenes quieren prepararse y anhelan terminar la enseñanza media y luego poder asistir a la universidad. Las chicas quieren ser enfermeras, los muchachos tienen opiniones diferentes, quieren ser mecánicos, abogados o maestros, en fin, como cualquier joven, también la juventud Aché está llena de sueños, pero llamativamente no son sueños solitarios o egoístas, no piensan en ellos individualmente sino en la comunidad como en un todo indivisible donde ellos puedan ofrecer sus conocimientos y sus aprendizajes para el bien común.
Queda sólo desearles que logren cumplir sus metas y sus sueños. Que puedan asistir a las universidades donde no exista la discriminación y que reciban el respeto y la tolerancia que se merecen; que obtengan el conocimiento que necesitan para adaptarse a su nueva realidad y a los nuevos tiempos pero manteniendo siempre vivas sus costumbres, pasándolas de generación a generación, logrando adelantos pero no en detrimento de su propia cultura.

lunes, 19 de marzo de 2012

“La aurora” de Ciudad del Este


POR OLGA BERTINAT
Cuando Federico García Lorca viajó a Nueva York para realizar una serie de
conferencias, no imaginaba que sería éste el escenario inspirador de sus inmortales versos.
Los hechos angustiantes de su vida personal, unidos a la caótica ciudad americana, lograron que él plasmara en versos, donde abundan las metáforas y la imaginación desbordada; la ciudad misma, el caos, la gente, el consumismo, la marginalidad y las diferencias.
El viaje surgió luego de sufrir una decepción amorosa y la ciudad que lo acogió enfrentaba la mayor crisis económica de la historia; el año: 1929.
Al leer La Aurora de Lorca, podemos creer que los versos se refieren a nuestra ciudad. Podemos suponer que la aurora de Ciudad del Este va desapareciendo, “la luz es sepultada por cadenas y ruidos”. ¿Quién consigue ver la luz de la aurora que se opaca por el gris de los edificios? ¿Cómo apreciarla si las ventanas se abren y muestran otra pared de cemento?
Podemos entender que se describe a nuestra gente cuando dice: “Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes…”. En nuestra ciudad, muy cerca de la terminal de ómnibus hay indígenas insomnes, que tampoco vislumbran la aurora, sepultada por carpas negras y cubierta de miseria cíclica “y un huracán de negras palomas que chapotean en las aguas podridas”.
“…porque allí no hay mañana ni esperanza posible”. El poeta presta su voz y reclama. Y es una voz eterna que puede sacudir por un instante aunque más no sea. Porque siempre hay olvidados, que de tanto olvidarlos se vuelven invisibles. ¿Qué mañana o qué esperanza se le puede ofrecer a alguien que se ha vuelto invisible? Están allí, como una maleza humana despojada y desposeída. Miserables víctimas de miserables.
“A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños”.
Abandonados en los semáforos, los niños pueden ser devorados y taladrados por el hambre que no espera a las monedas y protesta con su grito ronco y destemplado. Las madres con sus hijos mocosos, envueltos en harapos sucios mendigan en las calles. Son flacas, con la piel que muestra todo el esqueleto; huesitos débiles de panes mal comidos. “…comprenden con sus huesos que no habrá paraísos ni amores deshojados…” ¿Existe el paraíso? ¿O es una ilusión para olvidar de a ratos la realidad que suele ser sanguinaria para algunos?
En la acera de allá, los grandes edificios contrastan con la miseria del semáforo y de la terminal. En las noches, las luces del shopping deslumbran y fascinan a los transeúntes y a los turistas que ajenos a la realidad de la ciudad excitante recorren impasibles las calles de la ciudad sin aurora.
Los reflejos de los faros en el Lago de la República, nos ofrecen la quimera de lo bello, de lo colorido y es un espectáculo que encanta a los niños. Y mientras tanto, el contingente de miserables de Ciudad del Este se agita en sus covachas, como ratas “recién salidas de un naufragio de sangre”.
No se trata de la aurora de Nueva York, hablamos de Ciudad del Este. No son negros los desprotegidos; son indígenas y niños de la calle, algunos ya derribados por el crack. No es 1929 es 2012. ¡Y la poesía sigue vigente! Es otro tiempo, otra ciudad, otra gente, pero las miserias son las mismas de antes.

*ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA "EL TERERÉ" Nº 19 DEL MES DE ENERO DE 2012